Cerrado por vacaciones

Por unos días voy a cerrar la bitácora: después de una eternidad, me voy de vacaciones, cambio el Atlántico por el Mediterráneo y espero que me acompañe el tiempo tan magnífico que estamos disfrutando estas semanas. Trataré de callar un poco el runrún de mi cabeza, ponerme en stand by y, al menos aplazar mis problemas, así que me aplicaré la doctrina Scarlett O'Hara y ya lo pensaré mañana, ya se me ocurrirá algo cuando vuelva.
Tengan ustedes unos buenos días, sean buenos y no me desordenen mucho el patio. Quiero verles a todos cuando vuelva

De cafés y otras hierbas

Me he comprado una cafetera, de esas que hacen capuchinos y expresos y todo eso. El problema no es sólo que en mi situación no me lo puedo permitir, sino que no soporto el café. Sin embargo ¡me gustaría tanto que me gustara! Tomar una taza al desayuno, después de comer, quedar para tomar un café y hacerlo, literalmente. Y ya puestos querría también tener las convicciones políticas y creencias(o falta de ellas) tan absolutas que tiene la gente. Ver en la televisión los programas de máxima audiencia. Tener un perrito o un gatito o un canarito o un pececito. Salir de marcha hasta las tantas y disfrutarlo a tope.Tener un matrimonio,hijos, responsabilidades. Bueno, ya saben, no ir por la autopista y comprobar que todos los coches vienen hacia mí en dirección contraria. Así que he decidido empezar por lo del capuchino, que parece más fácil. Les mantendré informados.

Momentitos culturales 11: hoy sí, ópera

Les dejo esta mavilla, "Un bel di vedremo" de Madama Butterfly, de Puccini, en la versión de la inimitable María Callas. Les recomiendo que se sirvan una copa de buen vino ( por ejemplo el que me estoy tomando yo, un Laus, tinto de Somontano) y se dejen llevar por la emoción.



Un bello dia veremos levantarse un hilo de humo en el extremo confín del mar. Y después aparece la nave. Y después la nave es blanca. Entra en el puerto, truena su saludo. ¿Ves? ¡Ha venido! Yo no voy a buscarlo, yo no. Me pongo ahí, en lo alto de la colina y espero, espero mucho tiempo. Y no me importa la larga espera. Y, salido de entre la multitud de la ciudad, un hombre, un pequeño punto, sube por la colina. ¿Quién será?, ¿quién será? Y cuando esté aquí, ¿qué dirá?, ¿qué dirá? Llamará: - Butterfly- desde lo lejos; yo sin responder. Estaré escondida. Un poco por bromear, y un poco por no morir al primer encuentro. Y él, un poco ansioso, llamará, llamará; “Pequeñita, mi pequeña esposa, perfume de verbena”, los nombres que solía llamarme. Todo esto sucederá, te lo prometo. Guárdate tus temores, ¡yo con segura fe lo espero! (Traducción de la página de Carolina Camacho)