La letra A

La maestra paseaba entre los pupitres mientras dictaba: “Ana ama a su mamá. La casa de Ana es grande”. Cuando llegó a mi lado, se paró.
- No, la a no se escribe así. Fíjate en el encerado, tienes que hacerla igual
Yo las veía iguales. La maestra empezó a impacientarse, y me tomó mi mano entre la suya:
- Así ¿ves? aaaa . Ahora hazla tú igual.
Volvía a hacer mis aes, todos exactas a las de la maestra y el encerado. Y la maestra ya estaba francamente irritada.
-¡NO! ¿No ves que así no es? ASÍ es como tienes que hacerlas
Mis compañeros empezaron a acercarse, miraban la libreta y se reían burlones. Después de más broncas y muchas aes, sonó la sirena.
La maestra me acompañó a la salida y llamó a mi madre.
- Su hija no hace bien la a.
Mi madre se sonrojó:
- Bueno, todavía es pequeña, está aprendiendo…
- En realidad- dijo la maestra tajante- creo que no quiere hacerlas bien.
Mi madre se sonrojó todavía más, y me arrastró hacia la acera mientras mascullaba:
- Yo la enseñaré, no se preocupe, mañana verá qué aes tan bonitas hace.
Nos fuimos para casa, y sin darme la merienda mi madre se puso a enseñarme como se hacía una a perfecta. Al principio con cariño, pero a medida que pasaba la tarde, con franca impaciencia. Cuando llegó mi padre, estaba llorando.
- Tu hija no sabe hacer la a.
- ¿Qué?
- Pues eso, que tu hija no sabe hacer la letra a.
- Pero a ver, ¿cómo no va a saber hacer la a? ¿las otras letras las sabe hacer?
- Sí, las otras sí.
- ¿Pues entonces? Creo que eres una exagerada. A ver, cariño –me dijo- hazme una preciosa y enorme a.
Yo, viendo que por primera vez en la tarde alguien me comprendía, le hice la a más bonita del mundo. Mi padre palideció:
- Pero ¿eso qué es? No, eso no es lo que te pedí. Mira, yo te hago una aquí, y tú sólo tienes que copiarla.
Y yo le hice una, diez, doscientas todas perfectas, modélicas, iguales y hermosas. Mi padre estaba fuera de sí.
- Pero ¿qué le pasa a esta niña? ¿Es tonta o nos toma el pelo?
Mi madre sollozaba:
- ¿Qué hemos hecho, qué hemos hecho para merecer tal castigo?
Me llevaron a psicólogos, psiquiatras, médicos de todas las especialidades, los mayores especialistas en enseñanza, brujos, chamanes. Hasta que se rindieron,todos, y se resignaron a soportar mi excentricidad.
Hace muchos años que ante los demás no escribo nada a mano. Mi firma es un trazo ilegible, y si alguna vez intentan hacerme escribir algo pongo alguna excusa, digo que no llevo las gafas o directamente que no sé leer. Solamente en mi casa, a salvo de miradas extrañas, lleno cuadernos de aes perfectas, modélicas, iguales y hermosas, como lo han sido siempre.

P.D.:

No me salió bien. Qué le vamos a hacer.

Yo sí me acuerdo

De todo y de todos.

Alea jacta est

Dentro de una semana se habrá terminado esta etapa. Para bien o para mal. Después de casi nueve meses casi narcotizada por este casi objetivo, tendré que enfrentarme a una nueva vida, una vez más. No sé cuál será el resultado, pero sea el que sea ya no tendré el escudo protector de la posibilidad, ya habré pasado a otro nivel, con sus dificultades y oportunidades nuevas. Ojalá pudiera decir que seré más sabia y mejor, más valiente y decidida, más feliz en definitiva, pero, de momento, lo único que espero es saber orientarme en el nuevo mundo que me toque vivir. Con eso me conformo.