Basura

El otro día, hablando con una amiga, recordé un viejo bolero de Los Panchos que hacía siglos que no oía. Así que lo busqué en YouTube y hoy se lo traigo para que disfruten ustedes también de este amargo y bonito bolero.

El hada azul

Estos días me he acordado de Inteligencia Artificial ( Artificial Intelligence: AI), que creo que es una de las películas más angustiosas que he visto. Aunque no tiene demasiada buena prensa, yo sigo llorando con sólo recordar la escena en la que el pobre robot suplica durante toda la eternidad al hada azul que le transforme en un niño de verdad para que así su madre le quiera.Es tan desgarrador, patético, triste, deprimente,desesperanzador, me toca tantas fibras...

¡¡Contamos conmigo!!

Hoy voy a batir una marca personal:más de 100 horas sin salir de casa. Después, lamentablemente, tendré que hacer una pequeña interrupción, para gestiones inaplazables, pero se me darán otras oportunidades de conseguir mi objetivo que es lograr el Récord Mundial de Aislamiento Social Voluntario. Para ello seguirán siendo de inestimable ayuda todos aquellos que con su olvido, descuido y demás acciones u omisiones contribuyen a hacer de mí una atleta de élite del cocooning: a todos, gracias por su apoyo.

Poder y no poder

Soy una persona sin demasiada iniciativa, lo admito. Y no tengo una idea original ni en sueños. Sin embargo es algo que echo en falta a menudo, sobre todo en este momento. Cuando veo, o me imagino simplemente, las preocupaciones, el sufrimiento, los apuros y quizás necesidades que están pasando tanta gente, pero sobre todo la gente que quiero (y perdónenme la limitación, pero si pienso en términos globales ya termino enloqueciendo del todo), me siento tan impotente, tan estúpida...A pesar de que le doy vueltas a la cabeza, maquinando una buena solución, un consejo estupendo o una orientación precisa, pues de ahí no sale nada, porque en realidad soy la primera necesitada de iluminación porque mi propia vida es penosa, así que de momento lo de orientar la de las demás queda descartado. Por la tanto, lo único ligeramente útil que se me ocurre es: sigo aquí, me ofrezco para oír, para los desahogos, para que me lloren o me griten si hace falta. No es mucho, pero a veces decir en voz alta (o por escrito) nuestros agobios sirve de catarsis, para recuperar un poquito las fuerzas y volver a la lucha. Porque, al final, al parecer sólo queda eso, luchar hasta el último aliento. Como decía Paul Simon en The Boxer :

In the clearing stands a boxer
And a fighter by his trade
And he carries the reminders
Of ev'ry glove that layed him down
Or cut him till he cried out
In his anger and his shame
"I am leaving, I am leaving"
But the fighter still remains