¡Te voy a acusar con el camarada Ceausescu!

Leo en El País esta edificante historia sobre los niños que durante el régimen de Ceausescu,tampoco hace tanto tiempo, espiaban a sus compañeritos para la abominable Securitate.Confiesen, queridos amiguitos, ¿cuántos de ustedes no hubieran querido chivarse de alguno de su colegas y que se lo llevaran a Siberia, sin ir aún más lejos? Y es que en el fondo todo niño (y me temo que todo adulto) lleva a un chivato dentro.