¡Milagro milagroso!

Ayer, por primera vez desde que estoy en este chiringuito, vi a un niño con ¡un libro!. Y no era ni la guía de trucos del Grand Theft Auto, ni la biografía oficial de los Jonas Brothers, ni el álbum de fotos de Smackdown, sino un libro con sus letritas, gordito y con una página debidamente señalada para seguir la lectura. Todavía hay esperanza para la humanidad.