Mi reino

Muchos dicen que su patria es su infancia; pues bien, la mía es el Reino de los Sueños. Soy ciudadana de este territorio intangible, al que a veces no reconozco, a menudo no recuerdo y casi nunca comprendo, y allí vivo unas horas al día, feliz a veces, otras en cambio quiero huir de un lugar tan oscuro, lleno de monstruos, fantasmas y demás personajes que encuentran en mi país el lugar donde refugiarse y de vez en cuando dejarse ver en todo su tenebroso resplandor.
Pero en los Sueños es donde puedo ser reina y sierva, princesa y vagabunda, bufón y sabio, maestro y aprendiz. Allí vuelo, bailo, me teletransporto a lugares lejanos, me reencuentro con los que se fueron soltando de mi mano a lo largo del tiempo, construyo y destruyo sin remordimiento mis castillos y casitas, como cuando era niña y jugaba con el Lego. Allí estallan las palabras que oculto con avaricia en mi corazón, los secretos que yo misma ignoro se hacen tan visibles como un rótulo de neón. En algunas ocasiones de allí traigo el mapa de la ruta que debería seguir en mi viaje por el mundo que llamamos Real, pero no puedo fiarme porque no siempre es el mapa correcto. Allí están la gente que amo y otras a las que no conozco, disfrazados la mayor parte del tiempo, porque, en definitiva, mi Reino es un lugar retorcido, extraño, desconcertante, indescifrable y fugaz. Pero es´lo único verdaderamente mío que tengo y tendré jamás.