Mis leyes de la atracción

No sé si recuerdan que en Pretty Woman se decía que Julia Roberts (bueno, ustedes me entienden, el personaje interpretado por) era "imán de gilipollas"; pues bien, yo soy imán de locos, literalmente.En mi antiguo trabajo tuve que lidar con varios, y todos se me pegaban a mí, no a mis compañeros, y ahora, recién instalada, se me adosó un loco que me tuvo cerca de media hora, con la tienda ya cerrada, dándome la lata, diciéndome lo guapa que era, lo buena persona que se me veía y otros piropos, al tiempo que me hacía explicarle el funcionamiento del bolígrafo Bic. Lo gracioso es que estaba mi madre conmigo, pero ella no le cayó muy bien: dijo que no le gustaban sus ojos (grandes y azules, por cierto, no como los míos de un vulgar marrón) porque se veía que se habían podrido de tanto ver malas películas. En fin, esto me reafirma en mi idea de que tengo una deficiencia química o algo así, que hace que ningún hombre normal se me acerque y atraiga a todos los tarados del mundo.
Y hablando de Pretty Woman y locura, oigan esta delirante versión del tema principal de la película: si Roy Orbison levantara la cabeza...


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