Domingo: día oficial de descanso de los padres

Niño de unos cuatro años, sofocado por haber venido corriendo; me mira con cara expectante y le digo:
- Hola ¿qué querías?
- ¿Chuches?
- Bien, y ¿qué chuches?
- No lo sé
- ¿Gominolas, chupas, palomitas...?
- ¡No lo sé!
El niño ya tiene las lágrimas en los ojos.
- Bueno, tranquilo piénsatelo, no hay prisa
- Es que no lo sé
(...)
- Voy a decírselo a mi madre, a ver si ella sabe qué quiero
Y se marcha corriendo.
Al poco rato vuelve:
- ¿Ya sabes qué quieres?
- No lo sé
- ... ¡Ah! Pues vamos a ver ¿quieres estas chuches?
- No lo sé
Les ahorro el resto de los cinco minutos de conversación, pero creo que pueden imaginarla.
Al final le di un lolly-pop, pero , por su mirada, me dio la impresión de que el niño seguía sin saber si era eso lo que quería.