Negra sombra

En el Día de Difuntos, yo quiero certificar la muerte, en primer lugar, de la mayoría de mis recuerdos, que fueron desapareciendo sin casi enterarme; ahora me quedan unos pocos resistentes, pero estos también empiezan a desvanecerse en mi memoria. En segundo lugar, doy fe de la muerte de la amistad en general, víctima de la prisa, el egoísmo y la madurez, que asesinaron los momentos de intimidad de antaño y lo suplantaron por ratitos de superficial y forzado intercambio de monólogos. Y por último, me temo la muerte del futuro (al menos del mío) al que veo muy desmejorado y con pocas ganas de luchar contra su enfermedad: la falta de ilusión. Descansen en paz los fallecidos, y ojalá mejore el moribundo. Así sea.