Cosas que no soporto de mí

Está bien, ya es oficial: estoy de los nervios. Hoy llamé 3 veces a la pobre que me va a hacer las tarjetas de visita para asegurarme de que el texto que le dí era correcto.Y esto se suma a mi simpática manía consistente en: cerrar la puerta; comprobar manualmente, tocando el marco, que queda cerrada; entrar en el ascensor; abrir el ascensor y asegurarme visualmente que mi puerta quedó cerrada; ir pensando en el trayecto de bajada que la dejé abierta; llegar al portal y volver a subir para ver que, efectivamente, estaba cerrada. Y así podríamos seguir ad infinitum . Les juro que yo antes no era así (bueno, está bien, no era tan así), tendré que tomar Agua del Carmen a litros, y, aunque no me cure, al menos estaré tan ida que no me irritaré a mí misma.